Quehaceres
Una vez completada mi carrera de funcionario europeo (todo llega en la vida) creé, en Estonia, una agencia de comunicación y fundé, en Bélgica, junto con dos socios, una empresa dedicada a la comercialización a nivel europeo de productos ecológicos mediterráneos. Visitando a agricultores y ganaderos ecológicos empecé a intuir «la felicidad de la tierra» de que la que hablaba mi admirado Manu Leguineche cuando ya estaba de vuelta de todo.
Cerradas esas etapas, ejerzo de relaciones públicas en una de las colecciones privadas de arte más importantes: la Fundación Vicente Marín en la aldea soriana de Bretún.
Reparto mi tiempo entre Tierras Altas de Soria, Algarve, País Vasco y Bélgica, procurando viajar lo más posible. Lo de «aquí me dejó mi abuela» nunca fue conmigo.
Formo parte, casi desde sus inicios, de la Sociedad Geográfica Española, de cuyo comité editorial soy miembro. También lo soy de la Sociedad Geográfica La Exploradora y de la Asociación Africanista Manuel Iradier, entidades vitorianas inspiradas en la figura del explorador Manuel Iradier que tanto admiro y que me hizo soñar.